La unión familiar.
Una de ellas es cuando formamos familia, cuando decidimos estar en pareja y con proyecciones de tener nuestros propios hijos. ¡Es formar un hogar! Cuantas cosas por hacer cuantos detalles que tener presente y la mayoría de las veces se nos complica el asunto y pensamos si esto es lo que realmente queríamos. Pero el amor que sentimos por lo nuestro nos da fuerzas para seguir adelante y hacerlo sin pensarlo mucho.
Adaptarnos a compartir tus cosas con otra persona, que tiene internalizado otra manera de pensar y de hacer todo, que, en ocasiones choca con la tuya, no es cosa fácil. ¿Llega un momento que piensas que pasará cuando lleguen los hijos? ¿Será que los tendremos o de repente decidiremos qué no? ¿Si no he logrado adaptarme del todo a una sola persona, como haré para acomodarme con más?
Es decisivo para todas las personas en la realización de cualquier cosa, la disposición y la capacidad de adaptación que se debe tener para sacar adelante cualquier tarea o meta que nos propongamos. Tener familia no escapa de ello. Criar a los hijos es una inmensa responsabilidad que conlleva a la expansión de mucho amor.
En pareja todo depende solo de dos, y por lo general de dos adultos que decidieron formar uno solo, no físicamente, pero las metas y responsabilidades deben ser en un bien en común. Y te acostumbras a eso, que cada cosa se hace en determinado momento, y de determinada manera. Después de haber vivido un tiempo con tu pareja, ya sabes a qué atenerte y que esperar de ello.
La llegada de los hijos.
Deciden tener bebes, la familia crece, el amor se fortalece. Ya no tienes la misma tranquilidad y comodidad que tenias. Recién nacido por lo general tienes la ayuda de algún familiar o alguna amiga, cuando van creciendo ya te van dejando sola con tu pareja, y vuelves a tener que organizarte con este nuevo miembro. Al creer que ya tienen todo bajo control, tienes un segundo bebe y puede ser que tengas el tercero.
Ya como familia están bien constituidas, son papá, mamá y sus tres retoños. Que alegría1. Ya estas súper tranquilos porque tienen el control de todo, están pequeños y solo dependen de sus padres para todo. Pasan los años y tus descendientes van al colegio, al deporte a la actividad extracurricular, se enferma uno, se enferma el otro, hasta Uds. se contagian. ¡Empieza el caos!
Reorganización total y profunda. Delegación de tareas. Que debe hacer un papá y que debe hacer el otro, asignación de responsabilidades a los hijos. Cada uno se encarga de un aspecto para poder tener una vida en común idónea. Es decir, cada uno colabora en casa y en la realización de las asignaciones. Los hijos siguen creciendo y comienzan a demostrar sus propios intereses y necesidades. Los papas siguen corriendo y ajetreándose para dar lo mejor.
Ya las comidas en tranquilidad, el bañarse con tiempo y relajación, el poder dedicarse tiempo para hacer algo que nos gusta, el estudiar o practicar un deporte que te guste, el ir al cine a ver una película que tú deseas, pasaron a segundo plano. La prioridad es que tus hijos cumplan sus sueños y sus metas, es la realización plena de ser papas.
El futuro que te recuerda el pasado.
En algún momento, cuando todos tus hijos logren sus metas y levanten su vuelo de tu nido, para ellos formar su propia familia, te llegara el tiempo de que todo vuelva a la calma. Volverás a tener tu tiempo solo tuyo, volverán a ser otra vez dos, tu pareja y tú. Podrás hacer todo lo que mientras tus hijos crecían, Uds. querían hacer. Se te acabaron los días llenos de responsabilidades y de correr contra el tiempo.
Ya podrás, ir a cenar sin tener que regresar temprano a casa, ir a donde querías ir y donde no permitían niños, comer con tranquilidad y degustar de verdad la comida, darte un baño en pareja tranquilos y relajados, hacer ese curso o esa especialidad que te pide tu carrera sin tener que compararlo con la colegiatura de uno de tus hijos, y otras cosas más…
¿Pero tendrás ganas de hacerlo? o echaran de menos todas los días ajetreados que tenias, llenos de responsabilidades, pero que los hacían sentir necesitados y proactivos.
¡Ser papas es lo más rico y especial de nuestras vidas! ¡Es lo mejor de lo mejor! ¡Vive cada día de ser papás!